Economías circulares con impacto ambiental y económico
Conversamos con Oriana Familiar, coordinadora del servicio de administración ambiental para 21 municipios en Québec. Su perspectiva desafía una creencia fundamental: “para mí los residuos no se deben de llamar residuos”.
El modelo lineal que ha dominado la producción durante décadas se basa en una secuencia insostenible: extraer, producir, consumir y desechar. Esta lógica genera un desperdicio masivo de materiales y energía. En contraste, Oriana explica cómo la economía circular propone un sistema diseñado para reintegrar los recursos al ciclo productivo, eliminando la necesidad de una extracción constante y la generación de basura. Ella detalla la transición de un paradigma a otro, no como una aspiración teórica, sino como una realidad implementada en su región.
Lo más notable es la escala del proyecto que Oriana lidera, que involucra a 400 empresas y organizaciones de manera voluntaria, sin una ley que las obligue, lo que subraya el profundo cambio cultural que representa. Pero, ¿cómo se logra que cientos de competidores y colaboradores se sumen a una iniciativa así por voluntad propia? La respuesta reside no solo en la visión, sino en los resultados tangibles que este modelo genera.
Los resultados del proyecto demuestran que este modelo no solo es viable a nivel ambiental, sino también económico. Se han recuperado 16,500 toneladas métricas de materiales, lo que equivale a evitar que unos 1,650 camiones de basura llegaran al vertedero. Además, se han generado ahorros por 2.3 millones de dólares canadienses para las empresas participantes, tanto en costos de gestión de residuos como en la compra de materias primas.
Tres principios estratégicos para la economía circular
Fomentar la cultura empresarial antes que la regulación. La base del éxito fue la participación voluntaria, impulsada por la educación y la demostración de beneficios concretos para las empresas, no por imposición legal.
Crear escala a través de la "mutualización". Una pequeña empresa genera muy poco residuo de un tipo específico para ser atractivo para un reciclador. Sin embargo, al agrupar los desechos de diez o veinte empresas, se genera un volumen que convierte un problema individual en una oportunidad de negocio colectiva, abriendo mercados que antes no existían.
Integrar una misión social. La economía circular más potente genera un triple impacto: ambiental, económico y social. En la conversación, Oriana comparte cómo el reacondicionamiento de un producto de uso común no solo evita que termine en vertederos, sino que se ha convertido en una fuente de capacitación y empleo para grupos con dificultades de inserción laboral, cerrando un ciclo virtuoso.
Puedes ver la grabación de este conversatorio aquí:

